Primero fue el silencio, los pájaros perdidos
el nogal sin bullicio
el gorrión aterido
Presencias invisibles, cielos raudos celestes
que ocultaban aromas
en silencios perennes
de grandes hojas verdes que en otoño vencidas,
buscaban sus espacios
entre viejas heridas
Palabras silenciadas, compañeras de cielos
desde el verde follaje,
y el clamor de los truenos
Refugio del amigo, sombras multicolores
que buscaban su esencia
desde un verde sin flores
Es la fragante huida de vieja enredadera
que abandona su espacio
de verdes primaveras
copiando circunstancias de vidas que aún habitan
descascarado tronco
persiguiendo la vida
Medio siglo de ausencias abriéndose en lo alto
el ruido de su fruto
brindándonos su encanto
para nutrir de nuevo aquella buena tierra
con desechos de vida
ciclo bello en la espera
En la tierra que acuna, años, tormentas, nidos
preparando la savia
de los mundos perdidos
Y el crujir de los pasos desde atrás de las lomas
de un pasado que vuelve
de un futuro que asoma.
