jueves, 21 de abril de 2011

LA EMOCIÓN VERDADERA

Cuando se congela la mágica llave que nos permite traspasar ese umbral misterioso de las emociones, comienza el final...
Final de la comunicación, la conmiseración, el amor al prójimo, el acompañamiento de caminar hombro a hombro, el marchar juntos por una humanidad que fue creada para crecer y madurar en racimo...

La emoción, el con-vivir, el com-partir, el comprender al otro, es la garantía de células vivas, generosas... que no han perdido la capacidad de con-censuar, escuchar, dar el paso atrás para comprender generosamente, que las nuevas ideas, aunque no compartidas, deben ser también evaluadas, para que tengan la posibilidad de aportar, añadir, ampliar , apoyar o renovar nuestras enraizadas convicciones, a las que también habrá que ir limando errores, equivocaciones y hasta anquilosamientos que el progreso, puede ir descubriendo...

Por ello, la emoción, denota que aún, funcionan los mecanismos humanos más excelsos, como puede ser entre otros, el movimiento constante de ella, como garantía de sensibilidad al momento de juzgar, conductas humanas de los demás, con la misma vara que a las propias. Hay, no obstante, varios sentimientos que se engloban o confunden con la verdadera emoción...El orgullo por un logro, la sensación de mando, el endiosamiento a que se eleva a personas elevando su ego, la seguridad de poseer, la propia belleza física... pero, la emoción que surge de contemplar y disfrutar de las simples bellezas de la creación, de los gestos callados y generosos del alma noble, de las actitudes colectivas que apuntan a la pacificación, valen como emoción genuina.





LOS ORIGENES

Las penas están allí, siempre escondidas entre los pliegues de suaves sedas de olvido o detrás del biombo de la desesperación….
Las alegrías son viajeras tan exaltadas que van por nuestros sentidos con urgencia… apenas dan tiempo a la sonrisa y vuelven a tomar nuevos caminos para instalarse en ámbitos desconocidos.

Aliviarán momentáneamente dolores imprevistos o llagas ocultas y lacerantes con la veleidad de impulsos caprichosos….pueden aparecer detrás de las lomas de iniquidades y egoísmos , para emparejar los caminos de la maldad….en el misterio de las reacciones humanas entra también el llamado arrepentimiento, donde las puertas no están cerradas para un cambio de dirección….

La verdadera dimensión de lamentar los errores, a veces viene de la mano de un gran dolor, casi nunca en medio de la algarabía.
¡Que alquimia desconocida, la de las reacciones humanas! ¡Que fuente inacabable de misterios mueve , impulsa, renueva o envilece conductas
De las de las que desconocemos su fuente… no funcionan a través de un órgano al que podamos cuidar, medicar u operar….

¡Qué fácil sería catalogar el origen de las conductas humanas, que sencillo sería medicarlas, auscultarlas, comprenderlas
¿Pero… cuales son las partes físicas donde habitan los sentimientos?
¿A qué recóndito laberinto hay que acceder para aliviar las cargas
Madres de las reacciones indeseables que casi siempre se proyectan indiscriminadamente en dirección equivocada?

¡Que bueno sería un medicamento que anulara los causantes de guerras
Mundiales, privadas, vecinales, familiares y aún con nosotros mismos… pero siempre vanas, inútiles y destructoras.